En este largo turno de 24 horas del que acabo de salir, he hecho, los que probablemente más nos cuesta a los médicos cuando vemos a un paciente: NO hacer nada.
Bueno, más bien no hemos hecho nada de lo que "nos entrenan a hacer", puesto que no hemos aplicado ninguna medida más que manos y oídos en las tres veces que hemos acudido al domicilio... hemos paliado y hemos acompañado a la familia en ese, que debería ser siempre íntimo, momento de despedirse de un ser querido.
Bueno, más bien no hemos hecho nada de lo que "nos entrenan a hacer", puesto que no hemos aplicado ninguna medida más que manos y oídos en las tres veces que hemos acudido al domicilio... hemos paliado y hemos acompañado a la familia en ese, que debería ser siempre íntimo, momento de despedirse de un ser querido.
A eso no nos enseñan en la facultad.
Y es complicado no hacer coraza, no obviar el sufrimiento ajeno u olvidar los sentimientos propios y los avisos en cola. Y te sientas en el borde de la cama, y hablas, y apoyas...